Río Tinto. Foto: Paco Naranjo |
"¡Palabras, palabras, todo palabras!". Shakeaspeare: Hamlet, 2º acto, escena II
Hubo un tiempo en que las palabras parecían nacer de mis dedos casi sin proponérmelo: a veces, con alas de mariposas, suaves y delicadas, azules... a la vista de cualquier imagen, al sentir de sensaciones nuevas, al calor de un simple beso o una agradable presencia; otras muchas, afiladas e incisivas como las hojas de un lanzamiento de cuchillos de perfecta puntería... al menos en mi imaginación, claro, y sobre todo ante lo que me circundaba cada día, lo que vivía y sentía aunque a veces fuera por décimas de segundos.
Y de un tiempo a esta parte, adónde fueron... Tal vez las mariposas se las llevaron a un lugar llamado "X", como si de un expediente extraterrestre se tratara; destino: a ninguna parte. Y los cuchillos, sí, ahí están en un cajón, esperando a que encuentre la piedra adecuada para afilarlos, casi ninguna me lo parece ya, y para cuando encuentro una, cierta indecisión enmascarada de pereza hace que para cuando me ponga al lío la posible diana ya ha huido entre la maleza.
Y así, vuelta a empezar el día en la misma tesitura.
"Ojalá que llueva, ojalá que llueva, ojalá que llueva café en el campo" Juan Luis Guerra, 'Ojalá que llueva'.
Y solemos buscar un escudo para todo, sobre todo ante los ojos que nos miran, recelosos esperando respuestas; y los primeros, los más exigentes, los nuestros propios: "Sólo estoy en un periodo de sequía creativa", -me autoconvenzo-. Seguramente, detrás de esta casi frase hecha y acuñada por grandes escritores actuales - y prepotentes, por qué no- y que suena hasta rimbombante, se escondan diversas circunstancias más mundanas que nos frenen ante el sencillo acto de coger papel y lápiz y escribir lo primero que se pase por la mente; sí, así de sencillo y de complicado a la vez: escribir nuestros pensamientos, por estrambóticos, inconexos o descabellados que nos parezcan, sin importarnos ni por un segundo si realmente deberían ir directamente al cubo de la basura - o papelera window en su defecto-o si hay alguien al otro lado daría poco más "un penique" por ellos .
Pero, sí, como siempre, "la culpa es yo", que como "mayormente" quedaría en las frases y maldichos míticos de la historia de las series de TV con Los Serranos. Pero sí, al final la respuesta está en uno mismo, y ahí ando buscando el porqué de mi falta de brainstorming - que queda mas chic- o lluvia de ideas y/o palabras de los últimos tiempos.
"Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando." Pablo Picasso
Y yo, - lo reconozco- me he dormido en los laureles, tal vez azules. Esos que parecían encumbrarme por momentos a lo más alto y que simplemente me han servido de la mejor almohada para echar esas siestas que a todo español, -por muy topicazo que sea-, nos encanta. Primero, me recosté un poco esperando a que las ideas vinieran por si solos, que viniera pura y desnuda como decía el gran Juan Ramón, y así comenzar lo que podría ser un nuevo poemario tras el Azul. Más tarde, a la espera, encontré una más que posible motivación que yo, y todos mis circundantes, presuponíamos que avivaría mi sensibilidad y de mis entrañas fluirían de nuevo las palabras y los versos ante las sensaciones nuevas que voy experimentando cada día. Ya tenía hasta un posible título y... y ahí me quedé. Porque sin embargo, nada, sólo intentos fallidos sin ni siquiera pasar a un papel o hoja word en su defecto. Tal vez, pienso, deba buscar algo novedoso que me consiga motivar de alguna manera. Tal vez, sigo pensando, deba probar con otro género que no haya trabajado antes, la prosa - ¿otra excusa? tal vez...- mira los cuentos por ejemplo,- me digo.; y también tengo hasta posible título, pero "hasta ahí puedo leer"... Y: 1, 2, 3, responda otra vez.
Que sí, lo sé, sólo hay una manera: "déjate de rollos: vive, siente y escribe de una vez", me grito a mí misma cada día. Me he DICHO,sí,.pero... Pero nada, no hay ya lugar a que haya trecho posible: HECHO!!
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