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lunes, 28 de enero de 2013

Entre dos miradas poéticas nervenses (I): Juan Antonio Arias, la madurez temprana en versos comprometidos

Juan Antonio Arias, poeta.
(Foto: JMTA)
El sigiloso olvido
de aquello que aprendimos con esfuerzo
es una forma de analfabetismo injusto. 
(Juan Antonio Arias: “Analfabetismo injusto”)
Juan Antonio Arias Toribio (Nerva, 1988). Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, cuenta con un curso de Imagen y Comunicación que ha finalizado recientemente y, en la actualidad, se encuentra realizando prácticas en la redacción de Diario de Sevilla. Asegura que estudió Periodismo porque “quería estar ahí, en algo tan trascendente y delicado como informar. Quería pertenecer a esa especie de secta de titiriteros de opiniones para aportar mi granito de arena en desmantelarla. Pobre iluso…”, confiesa. Ávido lector y amante de la poesía, publicó sus versos hace unos años en Poetas en el camino, una antología de poetas en Sevilla el gran poeta y pensador Vélez Nieto “hasta ahora, prefiero no publicar en solitario, porque, en muchos casos, casi se tiene que ir de casa en casa como un Testigo de Jehová para que alguien compre el libro por compromiso. O para que el editor recupere lo invertido. Internet en ese aspecto sí que agiliza la lectura”, apostilla. De esta manera, Arias imprime sus versos en Estados pasajeros, blog dedicado por entero a sus poemas y sin más artificio que la palabra misma, desnuda ante los lectores: “Estados Pasajeros son estados anímicos o existenciales que sobrevuelan de vez en cuando, pero tampoco quiero ponerme muy metafísico porque es todo bastante más sencillo. Estados pasajeros es sólo el hábito de escribir frecuentemente que empezó más como una vía de almacenamiento que como un escaparate de poemas, y donde hoy publico los poemas casi por inercia. Todavía no sé muy bien por qué lo hago (risas)”. Sea como fuere, si hay algo que caracteriza y sorprende de la poética de Juan Antonio Arias esa es su madurez pese a su juventud, - o por qué no, gracias a ella- . Madurez temprana no sólo compositiva, -que también-, sino sobre todo reflexiva y profunda de su visión del mundo con cierta rebeldía ante lo que vive y lo que es. Pero no es una rebeldía adolescente ni romántica, sino más bien una rebeldía humanística en tanto que muestra el posicionamiento del hombre ante el mundo que le rodea. Con gran humildad y sencillez, Juan Antonio moldea versos a su antojo y aún más libre, sin cláusulas ni contratos, sin convenciones o con ellas, poco le importa, siempre a su manera, sin miedos y con cierta audacia para conseguir gritar alto y claro su sentir y su vivir contra viento y marea en estos tiempos en los que es fácil asentir a todo.

El poeta
Carmen Alcázar: Para los que no te conocen, ¿quién es Juan Antonio Arias, joven nervense, periodista y poeta?
Juan Antonio Arias: Definirme a mí mismo es una tarea nada magnánima. No quiero. Sé que disfruto escribiendo cuando descubro detalles en los que nunca antes había reparado, cuando me enfango con las palabras. Poco más. Por lo demás, un tipo normal. O eso espero… (Risas)

C.A.: Juan Antonio Arias, periodista y poeta o “escritor de poesía” como tú mismo te dices. Pero qué tiene más fuerza en ti ¿el falso objetivismo del periodismo o el subjetivismo más explícito de la poesía? O tal vez, ambas “formaciones” y “deformaciones” van de la mano…
J.A.A.: Claro. Ambas consisten en contar historias. Tenemos el ejemplo del nuevo periodismo norteamericano de los 60… Cada cosa tiene su sitio y su tiempo. Para mí, la poesía es más honesta, va sin máscara y, por lo general, tiene mejores intenciones.

Juan Antonio Arias de pequeño
C. A.: Y creas poesía… ¿Cómo comenzaste a escribir poesía?
J.A.A: La mejor manera de aprender a escribir es escribir mucho y equivocarte más. Yo empecé al entrar en el instituto. Ahora me divierto bastante. Cuando acabo un poema que me gusta -casi nunca-, la satisfacción está ahí. La escritura es el ahorro de sesiones del psicoanalista, una terapia muy recomendable. Así que… ¡a escribir! (Risas)

C.A.: Cultivas sobre todo versolibrismo, ¿Qué le dirías a aquellos que piensan que sin rima ni métrica al uso más tradicional no hay poesía?
J.A.A: No me gustan los dogmas. Al final te estás encorsetando. Hay lugar para todo, yo escribo en verso libre o me agarro de vez en cuando a la métrica. Demasiada falta de libertad tenemos ya en nuestro entorno como para imponernos nosotros más restricciones. Hay que orear las mentes, desempolvarlas. Por supuesto, jamás se debe renegar de lo más clásico.

C. A.: Periodismo y Poesía. ¿Crees que el estudiar Periodismo y Comunicación te ha dotado de una cierta visión más amplia para poder expresar poesía que llegue, que sea útil, que se entienda y que el lector sienta de cerca y no relegada al Parnaso?

J.A.A: Creo que sí. Escribir desde el paraíso es una imbecilidad. Puede estar bien para un rato; en abuso, acaba siendo vomitivo. Creo que el periodismo me ha aportado una dosis crítica y realista. Me alegro de ello. Si un poema no se entiende, no es un poema, sino una pérdida de tiempo y un brindis al sol. Es bueno a veces que la gente se sienta retratada en las historias de cada verso, ¿no? Hay que escribir pensando en la lectura del llano.

C. A.: En casa de los Arias rezuma arte por los cuatro costados. Tu hermana Ángela pintora y tú “escritor de poesía”. Supongo que la sinergia entre ambos es crucial en cada uno de los ámbitos artísticos que desarrolláis…

J.A.A. El lenguaje del arte es universal, por lo que el entendimiento y la comprensión son inmediatos. La pintura y la poesía son disciplinas hermanas, así que… (Risas). De todos modos, ya me gustaría a mí escribir igual que Ángela pinta, lo equivalente…

C A.: Y en 2011, Ángela expuso en Nerva y tus poemas acompañaron sus obras. Era la primera vez que tus poemas se exponían tan explícitamente en tu tierra. ¿Cómo viviste aquel momento?

J.A.A.: Es más fácil ser profeta en tierra ajena, eh (risas). Mi hermana me lo propuso y yo la acompañé encantado, aunque los poemas eran elementos complementarios, algo muy secundario frente a sus pinturas, que sí eran geniales. Fue bonito aquello. Además, al cargar con los cuadros de la exposición, me acordé de cuando era niño y veía portar los lienzos a mi tío, Paco Villalba.
“Estoy un poco cansado de escuchar en exceso que nuestros cerros son rojos, que el río es tinto y que esto es la repanocha y parece la Luna. Nerva y la Cuenca están presentes en lo que escribo, pero más en lo emocional o experiencial que en lo paisajístico. Algún piropo esporádico a los escenarios espectaculares que tenemos por las minas nunca está de más. Alguno”.
Exposición de Pinturas de Ángela Arias.
De izqda. a dcha. Juan Antonio Arias,
Carmen Alcázar y Ángela Arias
C.A.: Poesía y pintura, Poesía y música… Está muy de moda la fusión de las artes,  a veces criticada por quitarle protagonismo a los versos, otras refugiadas en la interdisciplinariedad como la salida más viable del Arte en estos tiempos de crisis ¿qué piensas a  este respecto?
J. A. A.: La poesía es un arte por sí sola, no precisa de ninguna compañía para brillar. En días mejores, fue el primer arte. Ahora bien, la mezcla, el intercambio, la reciprocidad, la experimentación… siempre enriquecen. Todo cambia y evoluciona. La novedad se agradece. Lo que no concibo es que se vilipendie la herencia cultural que poseemos. ¿Salida? La única salida es invertir más en cultura. No hacen falta milongas, cada arte también puede subsistir sin necesidad de fusión.

C.A.: Precisamente, releo tus primeros poemas: Acuarelas I y II, y sí, al leerla transmite precisamente eso, pinceladas de sueños quizás, de colores surreales o reales, qué más da… ¿Qué crees que gana la poesía con esas influencias pictóricas? 
J.AA: No lo sé, a lo mejor le aportan más frescura. El color en la vida siempre es bueno, que haya distintos colores. Puede que traigan más alegría y chispa.

C.A.: Vida y arte. Y si cada circunstancia vital hace al poeta o al artista, un punto importante pueden ser los orígenes;  los tuyo: Nerva y la Cuenca, un entorno peculiar y único que inspiran desde siempre a artistas de todos los ámbitos. Y para ti y tus poemas, ¿qué papel juega la tierra de la cicatriz roja que diría Cobos Wilkins?
Entre el cárdeno y el ocre, de Ángela Arias (Pincha en
el título para ver el poema de J.A. Arias)
J.A.A: Me encantan los guiños puntuales y los retratos bien hechos a nuestra tierra. Me encantan. Eso sí, estoy un poco cansado de escuchar en exceso que nuestros cerros son rojos, que el río es tinto y que esto es la repanocha y parece la Luna. Nerva y la Cuenca están presentes en lo que escribo, pero más en lo emocional o experiencial que en lo paisajístico. Algún piropo esporádico a los escenarios espectaculares que tenemos por las minas nunca está de más. Alguno. Pero, sobre todo, tengo que saber cuáles con mis orígenes. Estudiar historia sirve para poder explicar el presente. Con la Cuenca Minera ocurre igual. Para entender la sociedad actual en la zona hay que remontarse a las generaciones previas, que tuvieron a las minas como eje de sus vidas. Recomiendo la lectura de un trabajo que mi amigo José Manuel Torres está ultimando sobre el año de los tiros y que espero que, en el 125 aniversario de tan fatales sucesos, se pueda difundir como libro con el apoyo de las instituciones. Debemos saber de dónde venimos.
“A esta era le falta poesía. La poesía siempre tiene que pretender un cambio a mejor, aunque proceda de una atalaya recóndita como la mía”.
Poema "Convite de musas"
(Pincha en la imagen
para ampliarlo)
C.A.: Al hilo de la inspiración, en tu “Convite de musas” hablas de la creación de poemas como un parto… ¿Qué inspira los versos de Juan Antonio Arias?
J.A.A: Solo escribo cuando verdaderamente me apetece o tengo ideas que necesito volcar al papel. A mí me inspira, sobre todo, la injusticia, desde el reparto genocida de la economía mundial hasta la despreciable actitud de algún empresario hacia su trabajador en una oficina cotidiana. Decía Celaya que “la poesía es un arma cargada de futuro”, por ahí deben ir mis humildes tiros. Evidentemente, me inspiran muchas cosas, pero creo que el componente humano está casi siempre presente...

C.A.: Y como bien dices, la inspiración es caprichosa, qué pasa, cómo te sientes cuando no salen, cuándo tiendes a  “Andar con papel blanco/ y tinta usable entre las manos…” 
J.A.A.: Nunca fuerzo la cosa. Eso sería pasar un mal rato. No va conmigo coger un folio y tener que escribir algo a la fuerza. Solo me acerco al papel cuando las ideas me fluyen más o menos y tengo las palabras a punto… Lo mismo un día no me sale nada y al siguiente tampoco y dejo de escribir para siempre… Quién sabe… (risas)

C.A.: Por tanto, en tu vida diaria, qué te reporta escribir, y sobre todo escribir poesía. 
J.A.A Para mí, aunque los versos no vayan a tener una difusión grande, es un compromiso. Mi diminuto grano de arena. Salvando las distancias, dijo Maiakovski que “todos los soviets no serán capaces de hacer andar al ejército si los músicos y los poetas no comienzan antes a entonar una marcha”. Pues actualizar eso sería importante en la poesía, no importa que no salgamos en televisión. Para mí la poesía también supone evasión y entretenimiento. Mucho.

C.A. Si el poeta se desnuda con los versos, esos estados pasajeros ¿desnudan a Juan Antonio Arias?
J.A.A.: ¿Dónde está mi ropa? (risas) Pues puede ser que hayas dado en la tecla. Al final, todos los poemas juntos recomponen mi identidad y mi pensamiento. Todo lo que escribo habla por mí. Es una especie de tarjeta de presentación.

C.A.:Pero casi siempre somos reacios a desnudarnos al menos a plena luz. ¿Cuánto callan tus versos?
J.A.A.: Espero que no callen nada. Si se queda algo en el tintero es mala señal. Intento ser sincero con lo que cuento. Las palabras también hablan por sí solas, tienen una vida propia que intento controlar.
“Escribir desde el paraíso es una imbecilidad. Puede estar bien para un rato; en abuso, acaba siendo vomitivo. Creo que el periodismo me ha aportado una dosis crítica y realista”
C.A.: Y parafraseando el último título de Cobos Wilkins, Para qué poesía,  dime ¿para qué tu poesía, Juan Antonio Arias? 
J.A.A.:A esta era le falta poesía. También le falta muchísima filosofía, muchísima. El pragmatismo idiota que acontece deriva en una España con doce millones de pobres, aunque las victorias de `La Roja´ sean más fáciles de digerir que eso. Si puedo ayudar a explicar un poco la situación que veo, bienvenido sea. La poesía siempre tiene que pretender un cambio a mejor, aunque proceda de una atalaya recóndita como la mía.

C.A. Esto se refleja todo en tus últimos poemas, esa conciencia de protesta de lo social, de lo político, de lo económico que hablábamos antes. ¿Crees que en los tiempos que vivimos ese debe ser el papel del poeta y artista, debe bajar del Olimpo como dice Nicanor Parra y denunciar lo que pasa en la realidad más mundana?
J.A.A: Es posible compaginar la búsqueda de lo estético o contemplativo con lo social, es la grandeza de la poesía. Pero habría que tener horchata en la sangre o ser hijo de Emilio Botín para ignorar lo que ocurre. Estamos viviendo una época tan sangrienta o asesina como la que más. Pero como la pobreza no salpica mucha sangre, pues el genocidio pasa más desapercibido. Hay que llamar a las cosas por su nombre, sin rodeos, y a la indiferencia que tenemos hacia el hambriento en estos días debe llamársele “cómplice de asesinato”. Basta de eufemismos, para eso ya están los dirigentes de nuestros dos grandes partidos políticos.

Poema "Escritores de Poesía"
(Pincha en la imagen para ampliarlo)
C. A.: Pero una cosa dejas clara también en varios poemas definiendo qué es ser poeta, hablas del poeta Juan Ramón Jiménez y por el contrario de los “escritores de poetas”. ¿Crees que hay más escritores de poesía que poetas realmente,  o más bien lo que hay es exceso de ego entre los “escritores de poesía”?
J.A.A.: De todo un poco. Sí que hay exceso de ego, aunque, salvo honrosas excepciones, no hay muchos motivos para ello. Yo me refiero en ese poema a que el ser poeta es mucho más que escribir poesía. Ser poeta es un grado reservado a gigantes como Lorca, Neruda, Machado, Jiménez…, no solo por cómo escriben, sino por la envergadura de su obra y su vida.
“Creo que Dios debería dimitir, porque el balance de pobreza e injusticia actual no le permite seguir ni un segundo más en el cargo de estar en las mentes de tantos y tantos”
Poema "Habitantes de Trepizonda"
(Pincha en la imagen para ampliarlo)
C.A.: A este respecto,  en tu poema “Habitantes de Trepizonda” “Jamás fui engreído, creído, /ni quisiera serlo(…)” . Habrá quien vea aquí exceso de humildad o falsa humildad incluso en esta autodefinición de escritor de poesía y no como poeta…
J.A.A.: No lo sé, no quiero entrar en eso. Es tan malo presumir de humilde como ser un vanidoso. Deja de ser humilde quien reconoce serlo. Creo. Yo en ese poema jugaba un poco con la ficción, no me eches mucha cuenta (risas). Por supuesto, actuar con humildad en la vida sí que es muy bonito, ¿no?, la mejor muestra es nuestro Javier Perianes, que sí que tiene motivos para el alarde y, sin embargo, da gusto escuchar su sencillez.

C.A.: Versos entre lo divino y lo humano que diría Juan Ramón Jiménez. Dios, la hipocresía, la muerte, de la Guerra, del amor, el desamor, de la propia poesía, del tiempo y la vida… son tema recurrentes en tus poemas y que denotan cierta  madurez no sólo poética, que también,-  sino reflexiva y crítica que sorprende sobremanera ante tu juventud…
J. A.A.: La sociedad actual es tan vaga de pensamiento que opta por el estereotipo, para ahorrarse clasificaciones más certeras y desarrolladas. Es muy fácil poner etiquetas de “ni-ni” o “botellón” para las televisiones cómplices del poderoso, pero quizá resulta más difícil explicar que eso solo es una consecuencia de la basura que promulgan y de la falta de oportunidades existente. Creo que la juventud actual solo pide un futuro digno y una oportunidad, nada más. A los jóvenes con los que coincido en temas de estudios, prácticas o cursos les veo una preparación grande y una bondad y nobleza inversamente proporcional al trato que les tributan los parásitos de este sistema. Dicen que somos la generación perdida, espero que nunca digan que somos la generación derrotada…En cuanto a mis temas, tal vez sí escribo sobre esos aspectos distintos que comentas. Por ejemplo, ahora cargamos mucho contra los políticos, los jueces o los banqueros, pero nadie pide la dimisión para la gestión de Dios. Creo que Dios debería dimitir, porque el balance de pobreza e injusticia actual no le permite seguir ni un segundo más en el cargo de estar en las mentes de tantos y tantos.
“Ojalá que hablar del amor siempre esté de moda. Si no, será que la poesía ha muerto”
Poema "Tienes algo..."
(Pincha en la imagen
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C.A.: También se ven hasta siluetas. Interesantes, intensas y vivas me  parecen tus poemas referentes  a la mujer en todos sus aspectos…Tienes algo mujer, retórica de una mujer, las manos de tu cuerpo… Ahí dejas lo social para dibujar por un momento no demasiado prolongado el amor, la pasión, el sexo... La poesía amorosa y erótica siempre parecen estar de moda ¿huye tu poesía de esas modas y modismos? 
J.A.A Yo no huyo de ningún tema, porque eso sería autocensura por algún prejuicio. Y no los tengo. Ojalá que hablar del amor siempre esté de moda. Si no, será que la poesía ha muerto. Me siento muy cómodo con esta temática, que ocupa buena parte de todo lo que he escrito. Además, estos poemas son más agradecidos, la gente los recibe con más predisposición.

C. A.: Y aquí además conviene hablar de tus poemas digamos más mineros y rojizos en los que además de darle forma a lo visual impresionante de la Cuenca Minera, pinceladas coloristas unas  y difuminadas otras, también añades cierto matiz crítico en tu línea. Quizás intentando despertar las conciencias adormecidas de una tierra con pasado luchador…
J. A. A. Por supuesto que no soy ningún gurú que pretenda despertar conciencias, claro que no. Sí que estoy obligado a mostrar mi disconformidad con lo que acontece en el Estado español y en todo el mundo. Solo veo injusticia y desigualdad por todos lados, intentemos pedir, al menos, más dignidad para el ser humano. Decía Don Marcelino Camacho: “Ni nos domaron, ni nos doblaron ni nos van a domesticar”. Pues eso, cualquier otra cosa sería estar derrotados. En la Cuenca Minera deberíamos seguir el ejemplo de lucha de los mineros del carbón. Esta falsa democracia ya ha demostrado una y mil veces que los paseos en manifestaciones pacíficas solo valen para mejorar un sistema, el circulatorio. También es triste ver a los alcaldes de brazos cruzados ante el desempleo imperante, aunque, claro, a quién van a protestar, ¿al partido que le paga? Así estamos…

C.A.: Con este panorama, aún no hemos podido ver un libro de poemas de Juan Antonio Arias aunque sí que participaste en uno de varios autores; me pregunto si realmente es tan difícil y complicado publicar en estos tiempos… Y ¿para cuándo un poemario en solitario?
J.A.A.: Tuve el placer de participar en Poetas en el Camino, una antología de poetas en Sevilla. El padrino fue el gran poeta y pensador Vélez Nieto, a quien además admiro.
Publicar no es difícil, lo complicado es que te lean lo publicado. Al rebaño lo educan a diario para que no piense. La poesía es pensamiento, es decir, un enemigo más. Y el resultado es que los versos en estos días se leen poco. Hasta ahora, prefiero no publicar en solitario, porque, en muchos casos, casi se tiene que ir de casa en casa como un Testigo de Jehová para que alguien compre el libro por compromiso. O para que el editor recupere lo invertido. Internet en ese aspecto sí que agiliza la lectura.

C.A.: Sin embargo, tu blog Estados Pasajeros sí está desnudo de algo es de  copyright. Alguno que otro se pondrá las manos en la cabeza por miedo a los plagios y ataques a tu propiedad intelectual..
J.A.A: Alguna vez me ha dado por buscar algo mío en la Red y me he percatado de que ya existían varios plagios. Plagios no, falsas atribuciones de cosas que había creado yo. Pero bueno, no me importa mucho… Al fin y al cabo, escribo para desahogarme y para contribuir en lo poco que pueda a que se piense más. No voy a quejarme mucho de que mis textos circulen bajo otro nombre o anonimato, es un orgullo ver cómo se difunden mis ideas, que es lo importante. Además, la poesía tampoco me va a hacer millonario (risas), ni lo quiero.
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Juan Antonio Arias, de cerca

Si no fueras poeta, serías... Periodista soy, qué se le va a hacer…
Dónde vivir Por Andalucía occidental, si puede ser…
Eres feliz con... Poco.
Un libro... San Manuel Bueno, mártir (Miguel de Unamuno).
Un símbolo... Un puño cerrado (sin rosa, las espinas pinchan).
Un verso...  Todo necio / confunde valor y precio (Antonio Machado).
Una palabra... Palabra.
Un poema... Sé todos los cuentos (León Felipe).
Un color... El verde botella (y azabache).
Un lugar... El balcón sevillano de mi amigo Antonio Luis, aunque le falte playa…
Una película... Cinema Paradiso.
Una canción... Canción del elegido (Silvio Rodríguez) y Canción para el camino (Guillermo Alvah).
Una manía... confesable Qué va, cualquier confesión me avergonzaría. Tengo demasiadas manías.
Tu gran virtud... Ni idea.
Saca lo peor de ti... Una mentira canalla.
Tu obsesión... Otro mundo es posible.
Dónde morir...No muy lejos de Nerva, para que el coche fúnebre no gaste mucho en gasolina.
En la retina... Un desprendimiento no… Los buenos ratos con un balón de por medio, por ejemplo.



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