Bienvenidos a 'Yo Periodista'

En palabras de Goethe, "todo comienzo tiene su encanto", así que si es la primera vez que te sumerges en 'Yo Periodista' quizás seas partícipe del encanto de la profesión periodística desde la mirada de su autora. Si ya has visitado este blog, Yo Periodista intentará transmitirte ese encanto del comienzo....

domingo, 23 de diciembre de 2012

Sobre la vida efímera de una lata de refresco

" La lata de los Yankis".- Detalle del cuadro 'El Juicio final' de Martín Gálvez 
02.00 h. El nacimiento.- Viste la luz procedente de la maquinaria de la gran multinacional al calor de los rodamientos bien engranados a fuerza de años de investigaciones, mejoras y muchas inversiones de tiempo y  dinero y muchos intereses creados dentro de los más variados mundos de Yupi: suponías para muchos la panacea de las latas de refrescos, la que salvaría al mundo de esa llamada Coca-Cola que se bebía hasta en el metro cuadrado más remoto del planeta.
06.00 h. Primer destino.- Tu primer destino estaba escrito y firmado en el contrato pre-comercial: lucirías tu esbelta silueta en las estanterías centrales de uno de los supermercados de la cadena alimentaria de moda en una ciudad cualquiera. Tu revestimiento era sencillamente espectacular, nunca visto y nunca creado por otros, eras única y grande, y así te verían todos los que seguro se te acercaran para sacar una posible tajada si la cosa iba como se preveía. 
08.00 h. El acomodo. Así las cosas, todo debía estar estaría preparado y cuidado estratégicamente para   realzar tus cualidades: a tu alrededor sólo y exclusivamente se expondrían posibles productos complementarios, nunca de la competencia ni otros que te hicieran el más mínimo atisbo de sombra; serías con toda seguridad el producto estrella de estas fechas así que los carteles anunciarían tu llegada a bombo y platillo por todo el local e incluso serías presentado con una música original compuesta exclusivamente para ti por algún artista famoso.
10.00 h. Se abren las puertas. Desde tu atalaya viste pasar cientos de amas de casa  con pequeños, solteros despistados, encartujados con prisas, niños jugueteando por el pasillo... que al acercarse a tu extravagante escenario se quedaban embobados, maravillados y absortos ante esa luz que desprendías no sólo por tus brillantes colores de la lata sino por la gran esfera de espejos que se cernía sobre tu cabeza. 
22.00 h. Éxito.  Ya pasó el primer día de tu inclusión en las cestas de la compra fue de un éxito incalculable para los estadistas y demás comerciales de la Compañía. Nadie en su sano juicio hubiera podido pensar que se llegaría a acabar con todas las existencias, incluso las mundiales y más allá,  y mucho menos en tan sólo un día. Y en ese corto espacio de tiempo fuiste tildada como" la bebida más comprada, comercializada y vendida de la historia de la Humanidad", y así lo anunciaron incluso en todos los medios de comunicación habidos y por haber.
24.00 h. Anales de éxito. Sin embargo, la compañía en ese mismo momento se sentó a analizar y valorar los resultados obtenido con su nueva lata de refresco. Vio las posibilidades que le ofrecería seguir un día más con ella: la tendencia decía que este despegue podría caer el segundo día. Se estudiaron modas, posibles cajones y con otros abalorios, pero finalmente, los principios de la rentabilidad se impusieron y se los directivos de la Compañía se decidieron por seguir innovando y creando otros productos nuevos de moda. 
02.00 h. Muerte anunciada. En apenas 24 horas estabas fuera de todo y de buenas a primeras tu muerte estaba más que anunciada: pasarías tal vez unos días en el frigorífico de alguna que otra familia, al abrirlo cada día serías admirada por cada uno de los integrantes de la casa por tener en su poder esa codiciada bebida en un momento determinado y efímero. Al paso de los días y con el peso de  las nuevas promociones serías una más en la balda de las latas hasta que alguien decidiera por sed o simple aburrimiento a alcanzarte y absorberte toda,  con o sin cañita hasta dejarte seca, y entonces, ya vacía estrujarte y hacerte un amasijo de lata luego, para simplemente darte una patada directa hacia el cubo de basura. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante relato, que me sugirió más de una idea para mi nuevo libro.
Saludos.

Carmen Alcázar dijo...

Me alegra saber que al otro lado hay alguien que me lee, y mucho más, que mis relatillos inspiran ideas. Gracias, amig@!