Canal Sur TV. (28 de diciembre 2011)
"Hoy quiero aprender de ti,(...)" Así comenzaba un poema de mi Mirada azul que dediqué a la incansable lucha de C.J. Pascual por salir adelante, a la increible fuerza que pone cada día para conseguir volver ser el mismo de antes, y superarse siempre,... Y hace unos días sentí de nuevo cada verso de ese mi poema al ver en televisión el concierto a piano del joven nervense Alberto Anaya en el Hospital Vázquez Díaz, otro de esos casos que llenan el alma de esperanza a los que pasan por enfermedades y dificultades e incluso a los que en ocasiones creemos estar ahogados aunque sea en un simple vaso de agua; como yo misma le comentaba en su blog, son ese tipo de "personas que saben crecerse ante las dificultades, que se enfrentan a sus miedos y sus caídas con humor, con optimismo, ése que sólo te da la capacidad de resurgir de las cenizas con rescoldos que creíamos ya apagados".
Muy especialmente para C.J, Pascual, pero también para Alberto, para Campos, para Francisco José Carrión, para mi compi Natalia y para todos aquellos que luchan cada día por salir adelante pese a los obstáculos que nos va poniendo la vida, caprichosa a veces, este humilde poema que sirva de homenaje para todos ellos cargado de todo el ánimo del mundo:
Quiero aprender de tí
(Sevilla, 21 de junio 2011)
A C. J. Pascual, por su incansable lucha
A C. J. Pascual, por su incansable lucha
Hoy quiero aprender de ti.
Quiero agarrarme a tu fuerza
Cuando caigo y tropiezo,…
Cuando caigo y tropiezo,…
Y levantarme.
Hoy quiero aprender de ti.
Quiero contagiarme de tu risa
cuando siento pena y tristeza,...
Y alegrarme.
Hoy quiero aprender de ti.
Quiero colgarme de tu esfuerzo
cuando al vacío me lanzo,…
Y animarme.
Hoy quiero aprender de ti.
A sentir la vida con tus ganas
y no rendirme nunca
por más que dure la batalla,
A caminar sin mirar atrás,
aunque la senda sea larga
Hoy quiero aprender de ti.
Quiero contagiarme de tu risa
cuando siento pena y tristeza,...
Y alegrarme.
Hoy quiero aprender de ti.
Quiero colgarme de tu esfuerzo
cuando al vacío me lanzo,…
Y animarme.
Hoy quiero aprender de ti.
A sentir la vida con tus ganas
y no rendirme nunca
por más que dure la batalla,
A caminar sin mirar atrás,
aunque la senda sea larga
y por más que parezca
que no acaba.
Pero, ¿qué puedes tú aprender de mi?,
¿Y aún me lo preguntas? …
Hoy simplemente quiero
que como tú me enseñes a vivir.
que no acaba.
Pero, ¿qué puedes tú aprender de mi?,
¿Y aún me lo preguntas? …
Hoy simplemente quiero
que como tú me enseñes a vivir.
3 comentarios:
Sin duda casos así dejan huella y ejemplo a seguir. Un poema muy emotivo como subraya la misma estructura paralelística que le das.
Felicidades y besos desde mi bahía.
¿Humilde? Para mí tiene un valor incalculable.
Gracias Carmen, Gracias amiga.
Un beso.
CJ
Soy tu compi Natalia, la malagueña. Ahora recuerdo la conversación que mantuvimos sobre lo afortunado que debía sentirse el homenajeado por contar contigo que, además de brindarle su amistad incondicional, le dedicas parte de tu arte incluso cuando la salud plena le abandona. Me habría gustado no aparecer en esa enumeración, pero por caprichos del destino que me priva de tanto otra vez, permaneceré ahí durante bastante tiempo, indeterminado, me atrevería a decir. Pero mi imaginación siente y ve el resultado final (curación completa y volver a ser la de antes, la de siempre) y se anima a seguir luchando para materializar dicha quimera.
GRACIAS por estar siempre ahí, proporcionándome el aliento que muchas veces me falta para hacer frente a la enfermedad y por no dejar que me hunda y piense en tirar la toalla.
Me atrevo a pedirte que me permitas mandar la poca energía positiva que me queda a los demás miembros de la lista a los que creo no conocer para que combatan la jugarreta por la que están atravesando. No olvidéis que la vida, con sus miserias y zancadillas, es maravillosa. Si nos caemos, tendremos que levantarnos para que la próxima vez que abracemos el suelo, lo hagamos con estilo.
GRACIAS de corazón. No encuentro palabras que expresen lo emocionada que aún me siento por ese detalle, Carmen.
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