Bienvenidos a 'Yo Periodista'

En palabras de Goethe, "todo comienzo tiene su encanto", así que si es la primera vez que te sumerges en 'Yo Periodista' quizás seas partícipe del encanto de la profesión periodística desde la mirada de su autora. Si ya has visitado este blog, Yo Periodista intentará transmitirte ese encanto del comienzo....

sábado, 27 de agosto de 2011

Diego Olivera Cuéllar, 'Diyo': cuando la locura y la fantasía se hacen ARTE

“Un ser imaginario, una paranoia andante o una locura viviente, algo de lo que hablar con alguien o pensar en ello cuando estás a solas, una silueta en la obscuridad o un brillo en la fantasía, una persona con extremidades y cabeza con ojos, orejas y todo lo demás, o unos restos de tinta en un papel, o unos trazos de lápiz en el mismo papel, o música deslizante y desquiciante a la vez que lenta, ojos sinceros y ojos enloquecidos de psicópata loco, u ojos achinados y caídos por el efecto de dormideras tontas, siempre una sonrisa o unos labios parlantes que no se cierra, un artista o un loco de atar. ¿Diyo,…? Simplemente yo”.

En la imagen, Diego Olivera Cuéllar, 'Diyo'. Foto: YP.

C
uando leo estas sugerentes palabras en La Locura del Sabio, no sólo logro ver el retrato de su personaje principal, el joven perturbado ‘Diyo’, sino sobre todo al autor del libro, el nervense Diego Olivera Cuéllar, “Diyo”, allí en su inusitado reino”, con su sonrisa siempre dulce y su mirada tímida de un genio loco con creatividad rebosante. Y es que en Diyo confluyen acordes de sinfonías imposibles, dibujos llenos de sueños, y palabras inundadas de su propio sentir en cada momento. Porque acercarse a Diyo es sumergirse en su interioridad que se representa como “una locura compartida: esa que todos tenemos escondidas en nuestro mundo interior compuesto por paranoias, sensaciones extrañas, de fantasías y mundos oníricos,… es, sobre todo, conocerse a sí mismo, que es lo que nos hace sabios, y eso ¿no es acaso una locura?”, comenta.

Esa búsqueda de la locura de su yo más intimo parte incluso en su propio nombre artístico por el que es conocido por todos: “Diyo”, que como él mismo cuenta surge de la descomposición de su propio nombre en una especie de juego adolescente de su amigo Cejudo: “Di + ego, y ego es yo, así que me bautizó como DIYO, y desde entonces así me llamo”, asegura. Precisamente, en esa etapa adolescente, tan fundamental en la formación de la personalidad y de la identidad propia de cada uno, es en la que comenzaría a germinar este artista autodidacta y multidisciplinar que hoy conocemos, y en el que la llamada tierra de artistas tiene mucho que ver: “Nerva lo es todo, porque soy muy de aquí y quizás si fuera de otro sitio no sería como soy y no existiría ‘Diyo’”.


El personaje principal de sus obras, Diyo.Foto: YP

De esta manera, desde muy pequeño se sintió atraído por la música. Desde los siete, fue miembro de la banda local, se especializó en trombón y cursó estudios musicales en los conservatorios de Nerva y Sevilla. De la etapa de la banda, recuerda emocionado cómo le gustaba estar allí, con los más pequeños enseñándoles a tocar el instrumento “y sobre todo, jugar con ellos más que nada, a veces era yo incluso más niño chico que ellos”, afirma con una gran sonrisa. De ese mundo de juegos puede que parta también su faceta de dibujante de cómics, con los que llegó a conseguir varios premios y algunas publicaciones personales de su personaje principal, así como varias exposiciones locales. Tal vez es ahí donde su creatividad toma límites insospechados porque se convierte en su mejor herramienta para “dar vida a sus fantasías y a los personajes que aparecen en ella, o al menos toda la que puede darle un cómic”.


Poema "Echo de menos mi cama de Nerva", en Locura del Sabio (2011). Foto Y.P (Fondo, dibujo de Diyo 'Skirl')

Claro que no sólo toman vida sus viajes a lo onírico en los dibujos, sino que con sus relatos, -ya sea en prosa o “prosa poética adaptada en versos”, como él dice- consigue además darle profundidad, en recuerdo quizás del retrato machadiano, explorando La historia interminable o en los reflexivos relatos del libanés Khalil Gibram. Porque en los escritos de Diyo rezuma una mirada muy personal de la vida, de la suya propia, en la que la noche le concede cierta tranquilidad para encontrar una vía de escape y poder sobrellevar las dificultades de su día a día: sus estados de ánimos, sus caídas, sus “excesos” y sus “yuyus”: “aquí en mi reino lo tengo todo para ser feliz, en mi mundo juego a dibujar los sueños y allí me encuentro con Diana, mi musa actual, y con todos los demás personajes,...”.


Portada del libro La Locura del Sabio que se presentó en Nerva el pasado mes de mayo y que ha sido publicada por la Asociación de Personas con Discapacidad ‘Athenea’. Foto: YP


Con todo, en estas tres facetas de Diyo surge La locura del sabio en la que ha creado como autorretrato expresado en una especie de trilogía: el libro de sus sensaciones y pensamientos enmascarados de relatos y poemas y que se ha publicado recientemente; los dibujos- cómic de sus personajes que conforman una “tribu” musical que encuentran en el bosque sus instrumentos: los troncos de los árboles hallan tambores, y en las flores campanillas inusitadas trompetas; y, una composición sinfónica, de armonía muy a su estilo: dulce, sencilla e impactante, que sigue un ritmo acompasado por los duendecillos embrujados por la música. Pero lo sorprendente es que ahí no acaba todo, la mente inquieta de Diyo sigue desarrollando esa su locura, - además de en un nuevo libro de la historia real y surreal de Diana y Diego-, y en estos momentos se encuentra dedicado a aprender por el mismo en programas de diseño para crear La Locura del Sabio en animación digital, consiguiendo así poner en perfecta sincronía todos sus elementos que ha ido creando de manera simultánea.

Diyo, de Cerca. Resultado del cuestionario breve realizado al artista. Foto: YP. Fondo, dibujo de Diyo: 'Reflejo del Dragón Willy'. (Léelo pinchando en la foto para ampliarlo).

El amor es pura locura: un recorrido de la locura al amor, del amor al odio, del odio al desamor y del desamor a la locura”, en palabras del Diyo más enamoradizo. Y ahí, en el sentimiento considerado por algunos como motor del mundo, tal vez resida esa “locura compartida” de la que hablamos casi al principio y que nos conduciría a dejar de jugar al escondite con nosotros mismos y con los que nos rodean “para que no hiciera falta dar tantas explicaciones para decir un te quiero por ejemplo”, apostilla Diyo.

Todo en nuestro Diego Olivera Cuéllar, en nuestro Diyo, es Arte, incluso hasta escribiendo dedicatorias en su libro hace poesías envueltas en fantasías, llevando el compás con sus manos en una melodía que el mismo compone a ritmo de sus letras cuidadas y de formas preciosistas. Porque el arte que nos propone Diyo es el que viaja entre lo real y lo irreal a su antojo, coloreando con fuerza, optimismo y a nuestro modo la vida como viene, sobrellevando la monotonía que nos invade a veces, enfrentándonos al miedo del futuro que ha de venir, a las enfermedades y a los pesares que nos adolecen,…Porque el arte de Diyo nos invita simple y sencillamente a “soñar con los ojos abiertos”.

Nota: Artículo publicado en la revista Nervae 2011.

No hay comentarios: