Según informa EFE, el primer cuadro de los 42 que compondrán la exposición 'El joven Murillo', que se mostrará durante los próximos meses en Sevilla, ha llegado al Museo de Bellas Artes ante la supervisión de la consejera de Cultura, Rosa Torres.
Se trata de 'El Martirio de Santa Catalina', procedente de un museo de Japón, y se suma a la colección de 16 obras pertenecientes a museos y colecciones privadas procedentes de ciudades como Nueva York o Londres.
Se trata de 'El Martirio de Santa Catalina', procedente de un museo de Japón, y se suma a la colección de 16 obras pertenecientes a museos y colecciones privadas procedentes de ciudades como Nueva York o Londres.
Con estas obra se completa así la base de la exposición sobre Murillo llegada de Bilbao con la colección de 22 obras que posee el Museo de Bellas Artes de Sevilla y que sólo podrá visitarse en la capital hispalense: "Vamos a tener casi la totalidad de los cuadros de niños que Murillo realizó durante su juventud", ha precisado Rosa Torres, quien ha apuntado que en estas obras se puede apreciar la influencia de los pintores holandeses que marcaron su primera etapa.
La exposición se inaugurará el próximo 20 de febrero y permanecerá en Sevilla hasta finales de mayo.
El virtuosismo de 'El joven Murillo'
(Pincha en la foto para ver la exposición 'El Joven Murillo', en Bilbao).
Hacia 1645 Murillo obtuvo sus primeros éxitos artísticos e inició una carrera ascendente que desplazó la posición de Francisco de Zurbarán, que por entonces era el pintor más estimado de la respetada escena artística sevillana.El joven Murillo, reúne por vez primera 42 obras del periodo de formación y primera madurez de Bartolomé E. Murillo (Sevilla, 1617 - 1682), una etapa poco estudiada hasta este momento, y sin embargo crucial en su carrera artística, pues marcó incluso la orientación posterior de su obra.
Durante los escasos quince años que van desde 1640 hasta 1655, la literatura picaresca del Siglo de Oro y la doctrina de la justicia social predicada por los franciscanos despertaron la conciencia social del joven Murillo. Prueba de ello, es la serie de obras dedicadas a los desamparados y los niños mendigos: El joven mendigo del Museo del Louvre, Vieja con gallina y cesta de huevos y Dos muchachos comiendo melón y uvas, ambos de la Alte Pinakothek de Múnich.
Éstas consideradas obras maestras del periodo, junto con otras del joven pintor sevillano, forman un grupo único, en el que se aprecia la influencia de Caravaggio, Ribera, Velázquez y la pintura holandesa en el realismo inmediato del tema, los magistrales estudios de luces y sombras, y el gusto por la atenta observación de la materia. Son años decisivos en los que aparecen los elementos fundamentales del estilo característico de Murillo, que apela directamente a las emociones de quien contempla su pintura.
El proyecto 'El Joven Murillo' ha contado con el apoyo por prestigiosos museos y colecciones internacionales, cuyos préstamos han contribuido decisivamente al estudio de esta etapa crucial de uno de los artistas más relevantes de la pintura española.
Fuente: EFE y Museo de Bellas Artes de Bilbao.
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