A la tierra de la 'cicatriz roja'

'Mi corta' (1999) por Carmen Alcázar

"(...) A la tierra de la cicatriz roja. (...) A las minas de Riotinto."
En Cobos Wilkins, J: El corazón de la tierra.

La nostalgia nervense me ha llevado estos días a sumergirme en las páginas de El Corazón de la tierra, porque añoro esa tierra de cicatriz roja y colores imposibles, porque necesito respirar, -aunque sea a través de las cuidadas palabras de Cobos Wilikins-, esa esencia minera que se resiste al olvido pese a vivir desde hace años en la hermosa Sevilla.

No sé si pasadas unas páginas de El Corazón de la Tierra encontraré lo que algunos tildan de demasiado alejado de lo que en realidad ocurrió allá por 1.888 en la Cuenca Minera, ¿acaso la literatura tiene que ser fiel a la realidad? ¿Acaso no hay en la Corta Atalaya filones azules, esmeraldas o color bermellón?... Porque tal vez esos colores existen sólo en las mentes de los que a algunos les parecen ciegos o ilusos, pero ¡cuán belleza es la que se pierden!,…

Así, divago entre imágenes impregnadas de pinceladas de ocres y azules. Dibujo una y otra vez en mi mente como cae el ocaso y se confunden sus naranjas con los carmesis del 'Cerro Colorao'; la torre del ayuntamiento de Nerva, absorta y silenciosa, contempla esa estampa minera única en el mundo, a la que sólo los ojos sensibles a la belleza en su sentido más alejado de lo efímero están invitados a mirar.

"No me llaméis por mi nombre,
llamadme sólo minero,
que mi nombre ya no existe,
y, si existe, no lo quiero.
¡ Minero ! ¡ Sólo minero !
De esa larga pena abierta en la mina de mi cuerpo"

En Morón, J. M (1933): Minero de Estrellas

Y logro disfrutar con el rojo violáceo del río Tinto ya desde su nacimiento en el cerro San Cristóbal... y entonces, escucho a lo lejos el silbido de la locomotora cargada de mineral que se acerca a Zarandas y allí, un ferroviario de pró me saluda con una leve sonrisa. Entre el humo, tilitan sus ojillos redondos, su pelo parece tiznado de grises, y en sus bolsillos se esconden dulces que alumbran las caras de sus nietas al verlo llegar.

A veces, presiento que camina a mi lado, atento a que no me caiga como cuando me enseñaba a montar en bicicleta por las calles del Valle La Cuenta,… Pero, nuestras siluetas se pierden por la senda que marcan las vías ya 'rujentas',... "¿Quién anda en el baúl?", - me pregunta. En el baúl de mis recuerdos, maquinista ahora de las estrellas: allí te guardo yo, entre paños de croché y maquetas de trenecillos,..

Los más bellos reflejos se difuminan en las aguas rojas del Tinto, reflejos de vida quizás. La vida, caprichosa, serpentea a su antojo como el Tinto en las tierras amarillentas de la campiña y va paseándose al compás de un pasodoble que te encoge el alma allá donde te encuentres, ¿un 'quejío' de la tierra de la 'cicatriz roja'? tal vez,...

Por fin llueve en Sevilla, y en mi mirada azul se vislumbran de nuevo tintes mineros…