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viernes, 3 de abril de 2020

El nervense Jose Carlos Escobar pone letra, música y corazón al confinamiento


Llevamos casi veinte días "confinados" y por momentos, con más o menos intensidad, a todos nos va haciendo mella el parón el seco que ha dado nuestras vidas con el #quédateencasa. Nos despertamos cada día con el "cuando todo esto acabe...", haciendo cábalas, planificando encuentros y salidas, descorchando "botellas para compartir" en familia, entre amigos, al sol y con el viento acariciando la cara.... 

Tal vez estamos empezando a valorar lo que teníamos antes del maldito coronavirus, y buscamos eso sí canciones, escritos, mensajes de wasap o videollamadas que empaticen con lo que cada uno estamos viviendo en nuestra casa, para fundamentalmente saber y sentir que no estamos solos, que  hay alguien al otro lado de los cristales, cerca de nuestra ventana o en el mismo balcón que nos une cada tarde.  Y ahí esta él, José Carlos Escobar (Nerva, 1993), escribiéndole a  este tiempo loco y  confinado "para echar de menos", la nueva canción que ha estrenado hace unos días. Sólo con su guitarra y a pecho descubierto, extrañando "el poder de los  besos y la fuerza de los abrazos", de su amor y su la distancia, queriendo volar hasta su ventana, como un pajarillo nos dice; con su quejío y su sentío,  cantándole a la vida, sintiéndola como cualquiera, como tú o como yo, viviéndola como mejor sabe, luchando; con su música, poquito a poco, sin dejar de ser el mismo en cualquier parte, desde los garitos de Graná y por donde actúa hasta en una entrevista cualquiera  de radio en  Murcia por ejemplo; perdura en él aquel chaval que tocaba en la banda de Nerva o cantaba con su padre en algún que otro sarao del pueblo, pero  va creciendo, y mucho, como persona claro, y como artista aún más, sólo hay que escucharlo un momento para comprobarlo que se hace grande a pasos agigantados, que transmite su disfrute  en cada letra y cada nota que compone y por eso llega, nos llega a todos. 

Y me llega porque es un valiente que canta, escribe y toca con el corazón en la garganta, entre los dedos y en las cuerdas de su guitarra. Reconozco que no he sido yo muy seguidora suya de nunca, e incluso no  hemos hablado personalmente;  lo conozco como se suele decir "de vista", y  nunca me fijé especialmente en sus actuaciones, porque tampoco soy yo muy musiquera ni aflamencá, que digamos. Sin embargo,  de un tiempo a esta parte me considero ya una  de sus fans más empedernidas, tal vez por aquello que él mismo nos dice de que "una canción salva de los momentos más amargos"... 
La música de Jose Carlos Escobar Perianes forma ya parte de mi "playlist, incluso me he suscrito a su canal para escucharlo mil veces si hace falta: sus versos al amor, su musa inagotable, con letras y melodías intimistas y aflamencadas por su guitarra, sin perder en ninguna nota nuestro "dejo" peculiar en el habla nervense en sus directos, en el precioso  videclip en Zarandas o el de la Juntanilla, compartiendo y haciendo maravillas de versiones de sus canciones  como con el saxo de Kevin  Hinojosa  y el trombón paisano de Miguel Ángel  Navarro... 

Ahora que la vida se paró, este viernes me asomo a este balcón y le dedico mi "aplauso confinado" por estar ahí haciéndonos más llevaderos estos días con la fuerza de su arte. Gracias por tanto!!!

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