Bienvenidos a 'Yo Periodista'

En palabras de Goethe, "todo comienzo tiene su encanto", así que si es la primera vez que te sumerges en 'Yo Periodista' quizás seas partícipe del encanto de la profesión periodística desde la mirada de su autora. Si ya has visitado este blog, Yo Periodista intentará transmitirte ese encanto del comienzo....

martes, 29 de marzo de 2011

Los porqués de nuestra década

Una de nuestras primeras fotos juntos. Nerva, 2001.

Porque todo comienzo tiene su encanto,... Y lo nuestro, diez años después sigue teniéndolo,…

Porque en nuestro día a día tú eres tú, y yo soy yo,... y eso es maravilloso

Porque pones orden en mi desastre,….

Porque me descubriste el charquito de Mazagón, y juntos, lo hicimos nuestro cada tarde,…

Porque necesito poesía en mi vida, y me escribiste este poema increible,...

Porque me miras orgulloso en cada proyecto que emprendo,…

Porque la vida es nueva cada día, y nuestro amor se renueva cada segundo,…

Porque añades las dosis adecuadas de realidad a mi idealismo, exagerado a veces,…

Porque aguantas mi mal humor y mis días grises como nadie,...

El poema, Huelva, 2001. (pincha en la foto para leerlo)

Porque decidí opositar, y pacientemente opositaste conmigo de la mano, fuerte, sin soltarme ni por un momento,…

Porque desde aquel tímido beso del Jardín Viejo en Nerva, nuestros labios encajaron a la perfección,…

Porque, a veces, no hace falta enunciar palabras para lograr entendernos,…

Porque vivimos nuestro ahora ilusionados con lo que nos depare el futuro,…

La primera foto de uno de nuestros besos. Nerva 2001.

Porque nuestras horas bajas las superamos a golpe de risas cada domingo,…

Porque no consigo conciliar el sueño si mi cama te extraña,…

Porque compartimos sin temores nuestro amor con los que nos rodean,…

Porque nadie, ni siquiera nosotros mismos, hubiéramos apostado por una década juntos, y nuestro aquí y ahora lo conforman ya "10 años - 521 semanas - 3.652 días - 87.648 horas - 5.258.880 minutos - 315.532.800 segundos",... Como la canción: "Y si esto tiene que ser así que se pare el mundo que yo me bajo aquí". Pero, sin embargo, sí, podemos contabilizar hasta la mínima milésima de nuestro tiempo, pero, ¿acaso existe alguna medida a lo que sentimos?. Simplemente: GRACIAS por estos diez años,...Y lo que nos quedan, amor.

Martín Gálvez, pintor nervense. El gran desconocido



Su discurso inaugural de Artistas Plásticos I en Nerva, “De la Imaginación y la Noche. Metáforas’ de Martín Gálvez sirvió la semana pasada para abrir de manera magistral el homenaje que decididamente me he propuesto dedicarle a este gran artista nervense (Pincha AQUÍ, para leerlo). En esa muestra coincidimos personalmente, pero nos conocimos mucho antes y por casualidad, gracias a este blog en sus comienzos, y desde entonces intercambiamos conversaciones infinitas sobre pintura, poesía, su Arte, de nuestra Nerva y la Cuenca, de sus recuerdos, de mi actividad bloguera, de sus vivencias de otros tiempos, de la vida en general,... Y, precisamente fruto de esas charlas nacen estos post, porque en cada una de ellas Martín Gálvez deja impreso “el hueco entre cuadro a cuadro, la intrahistoria de cada una de sus obras”,como me explicó en la exposición de Nerva. Y es que sus conocimientos pictóricos son tan inagotables como las anécdotas, experiencias y aventuras que recorren su vida, no por ello sin estar repleta de sinsabores: dice tener "muchas heridas de guerra por el paso de la vida pero mi carácter me ha llevado a enterrar lo malo y resurgir",... Lo que está claro es que ha librado las batallas del paso del tiempo combatiendolas de una manera simplemente maravillosa: a golpe de pincel.

Y me cuestiono, ¿otro caso de alguien que no es profeta en su tierra, en mi tierra? Me niego a aceptarlo. Primero, porque me indigna pensar que no se valore a nervenses como éste que con tanto talento llevan su pueblo por bandera, y sí, por ello siento la necesidad de dedicarle unos post-homenaje más que merecidos a este "pintorajo" como a él mismo humildemente gusta llamarse para, -dice-, "no olvidar nunca en todo lo que cree y en que no es más un pintor de pueblo". Y “qué pueblo”, como recuerda orgulloso que le comentó la mujer del onubense José Caballero en una exposición,… Y qué PINTOR, diría yo…A todo ello se le suma, el gran aprecio que le tengo a este "genio loco" y , sobre todo, porque mi mirada azul se ha quedado prendada de su ARTE, (sí, así, con mayúsculas).

Pero, ¿quién es Martín Gálvez, este gran pintor nervense y casi desconocido para sus paisanos? Francisco Martín Gálvez nace en Nerva un 19 de septiembre de 1957 en la calle Julio César, hijo de Charo Gálvez y Félix Martín Acemel, pintor rotulista, contable y jefe de Estación del Medio. Como artista, Martin Gálvez se define como “un tipo serio, introvertido, investigador de nuevas formas y texturas, sesudo, muy maniático, que cuando da el paso de realizar una obra no hay quién lo pare y no quiere interrupciones”. Así que se mete en su estudio, su espacio más íntimo, personal y profesional, flanqueado como un muro de contención a partir de la puerta y en el que dice que se encuentra su Alma, "todo aquello por lo que he trabajado estos años", y que sólo sería capaz de dejarlo todo por otra de sus pasiones: sus hijos por quienes se desvive. Y allí, en su estudio, es donde ese Martín Gálvez, artista convive en una sinergía casi perfecta con el “tio normal y extrovertido” que dice ser Martín Gálvez, en el día a día, aunque persiste la deformación profesional casi de manera espontánea de seguir investigando constantemente en “las sombras que caen de los tejados de un edificio, las proyectadas por las gentes paseando, me fijo en todo,…Y son mis vivencias diarias y mi vida personal las que conforman a Martín Gálvez y sus temas para pintar, la serie Andalucía, Chernobil o los bodegones mineros”. De esta manera, sus cuadros parten de ideas que tiene en su mente fruto del momento que esté viviendo: “en el cuadro de El juicio final, cuando el cuadro estaba casi terminado, un viaje a Nerva me hizo replanteármelo, quemé el anterior e hice el actual porque era para el Centenario del Nacimiento de Vázquez Díaz y yo quería reivindicar Andalucía, mi tierra; sin embargo el cuadro de Chernóbil nació en el momento del desastre nuclear y la poesía la puso my hija Chary, tan pequeñita con su muñeco. Hoy quizás pintaría sobre el tsunami de Japón”, declara el artista. Por sus ansias de perfección Martín Gálvez llega a quemar más cuadros de los que vende, huyendo siempre de una pintura mediocre. Y no sólo prende fuego a sus pinturas; él mismo nos confiesa que sus obras antes de reflejarse en un lienzo, dan un paso previo ineludible: de su mente a un folio y a modo de versos que orientan al pincel, y que, una vez representado en el cuadro, quema el poema inspirador. Porque en Martín Gálvez todo es poesía: sus poemas se vuelven pintura, y su pintura compone a pinceladas poesía.

A mi padre, (óleo sobre lienzo), por Martín Gálvez. "En este retrato de mi padre hay mucho realismo, junto con hiperrealismo en el pelo y el expresionismo de fondo,... pero hay mucho Monis Mora, mucho de Labrador y por supuesto de Manolo Vázquez"

En esos años, Martín Gálvez ya
conoce y admira a los grandes pintores nervenses que eran amigos de su padre, quien además de presentárselos: “me facilitó el trato con los pintores y me dio la alternativa: cuando creyó que lo superaba me dió todas sus pinturas y pinceles”. Monis Mora, Manuel Fontenla, Manolo Vázquez, son algunos de sus maestros. Pero, su gran ilusión de entonces ya era conocer al pintor de su tierra más laureado: Daniel Vázquez Díaz, a quien años más tardes conocerá coincidiendo con las pocas bajadas del pintor a Huelva; éste le dará a unos consejos que le dejan huella, y es uno de los pocos de su generación que tuvo contacto con ese genio nervense. Más tarde, a finales de los 70 y gracias a los monjes de La Rábida se pasará horas enteras viendo, observando y analizando los frescos del maestro Vázquez Díaz en el Monasterio, que “pese a que habían criado hongos y se están deteriorando y pronto habría que restaurarlos, parecían recién hechos”.

'Lilas II'
, (óleo sobre lienzo), por Martin Gálvez.


'El Lazareto sobre el río Tinto', (técnica mixta sobre lienzo), por Martín Gálvez.

Y es que recuerda su tierr
a como su “todo”, como algo que siempre está presente en sus obras y en su vida personal:a mi tierra siempre la he llevado dentro: son mis raíces, el rojo inglés, mi inconformismo,…”.

Precisamente este inconformismo y rebeldía, - que choca con el conformismo actual al que continuamente asistimos en Yo Periodista-, lo llevaría a dejar Nerva: “Cuando yo dejé Nerva había varias clases de artistas; entre ellos estaban los ‘oficiales’, los afines a las autoridades, los que siempre ganaban los premios de certámenes de pintura,… y allí yo no podía tener cabida”. Aún así, se confiesa como un enamorado de la Cuenca Minera de Riotinto que le vio nacer, de los recuerdos de Naya, de La Mina Pueblo,…"
'Gran Vía: Nerva- Riotinto', (técnica mixta sobre lienzo), por Martín Gálvez.

“Dónde se ha visto que
el Arco Iris se haya estrellado en el suelo?, rojos aúricos, que se deslizan por laderas de montes de nombres ancestrales, ocultando naranjas de un cobre enriquecedor de la comarca, amarillos de explosivo azufre, grises de pizarra y piritas ferrocobrizas, verdes esmeraldas de aguas que las Balsas riega y de los bosques de pinos encinas y alcornoques que a pocos metros extraen su alimento de un suelo árido... Y el Azul..., serán los azules, el limpio azul cobalto en todas sus tonalidades en el cielo, el azul prusia, azul ultramar, oscuros y claros... se encuentran miméticos en la mina, en la sierra... hasta en las artificiales lomas de escoria de Riotinto, Zalamea, la Dehesa, Nerva y Naya... ", en palabras del artista.

'Bodegon Arenas' (óleo sobre lienzo), por Martín Gálvez.


'Bailarina En El Abismo - "Interpretación De Un Almanaque”, por Martín Gálvez. (1974)

En esos años recibe cierto reconocimiento en la Cuenca con el Primer Premio de Artes Decorativas de El Campillo en 1977 con 'Bailarina En El Abismo - "Interpretación De Un Almanaque”.Sin embargo, un año más tarde, en 1973, tiene lugar un hecho que le marcará para siempre: Martín Gálvez participa, a petición del jurado y como Primer Premio del año anterior, en el II Certamen, con el cuadro 'Collage - Andalucía I' pero no recibe el primer premio esta vez, y según descubre porque el jurado “había recibido presiones y era imposible que esta obra sea de un artista tan joven”. Sintió entonces que era una explicación absurda e injusta, se revela ante tal hecho y nace "La Revolución del Silencio", movimiento al que se han añadido innumerables artistas, que van desde Japón hasta España, desde Perito Moreno, hasta Islandia, todos ellos válidos en su quehacer diario, en su Oficio, en su Genialidad pero que no han tenido un marchante de arte de prestigio, sólo están a la espera que años o siglos después se les valore como merecen, para entonces, en la mayoría de los casos será tarde. No será este el único movimiento que abandere, en el 77 crea el Club de pintura ‘A pique’ en los Colegios Mayores Alcaide Astúñiga y Vélez de Mendoza en La Rábida, Huelva.

'Nieve proyectada: El Salvador', (Pan de oro sobre lienzo), por Martín Gálvez.
1980. Exposición Colectiva, (Adelpha), de Óleos, Dibujos y Grabados en el Antiguo Ayuntamiento, Úbeda.
1982. Invitado a la Exposición Conmemorativa Del Centenario Del Nacimiento de Vázquez Díaz, especialmente para este evento proyecta y realiza “El Juicio Final – Andalucía VII”.
1984. Tercer Premio en el 2º Certamen José María Labrador.
1986. Sabiote, Jaén Realiza un gran mural... “A Través Del Pop”. En la exposición colectiva “Úbeda Abierta” expone “Carta De Otoño”, terminada dos años antes; obra romántica con rasgos hiperrealistas.
1988. Exposición Antológica, (experimento para la que tendría lugar un año después), Begíjar, Jaén.
1989. Exposición Antológica “XXV Años De Pintura”, en Nerva de gran éxito de público y crítica.
1990. Exposición Colectiva “Artistas Plásticos En Úbeda”.
1994, Exposición
individual, “Malcom Abre La Puerta... Al Arte” y una colectiva “Artistas De Nerva”.
1995. Colectiva en el Salón del Apeadero de los Reales Alcázares de Sevilla junto a sus “Maestros”.
1999. Exposición Inaugural del Museo Vázquez Díaz.
2000. Exposición Diocesana De Artistas Jiennenses, con motivo del Año Jubilar. Hubo otras muchas exposiciones, Quesada, Madrid, Huelva... por Europa... con calidad pero que no harían más que engrosar esta ya de por sí larga lista. Algunas de sus obras están en fondos de museos públicos y privados.
2006. Exposición Mágica Para Soñar, su despedida, en la sala Pintor Elbo en Úbeda, una completa retrospectiva de más de 40 años que abarcó todas las épocas y técnicas con muchas de sus obras más representativas. A algún medio de comunicación declaró entonces: "creo que ha sido una despedida digna".

Hasta hoy, forma parte de la asociación Atenea XXI y colabora con todo aquél que tenga iniciativas culturales, prueba de ello su reciente y genial colaboración en la sección Dibujando recuerdos del blog La Factoría que precisamente emana de sus geniales plumillas.




Asimismo, y como se puede leer en el catálogo Úbeda forma y color (2002): “la obra de este Artista , grande, no se reduce a la pintura, abarca la escultura, carteles de cine, anagramas, logotipos, inventos,... a todo aquello en lo que se deja sentir la mano del arte”. Y es que la pintura de Martín Gálvez divaga por pinceladas decididas y, a la vez serpenteantes por el ARTE: llena de personajes que iban y venían en un principio entre el azul Prusia y el blanco míxto, y que poco a poco se va despojando de fantasmas que vivían por los rincones de los marcos para llenar todas sus obras de símbolos poco convecionales y cotidianos, testigos mudos de devenir diario, de escenas que se pierden en la mente nubladas por el recuerdo, reflejos sobre el distorsionado cristal, sonidos acompasados sobre el pavimento... Poco a poco su pintura toma un matiz más minimalista, más enigmático e introvertido,… de ahí que le adjudicarán certeramente el honroso título de "Pintor de la Soledad".


'Paisaje bucólico con olivos',(óleo sobre lienzo) por Martín Gálvez. "Un retrato introspectivo de su Alma, plasmando un claustrofóbico patio interior, de paredes blancas y extrañamente de rojo inglés, desvencijadas, ajadas por el tiempo, casi sin vida. Viejos y deteriorados cables que ayer fueron comunicación ahora yacen desprendidos, que se dirían dormidos esperando una primavera que nunca llegará... Brillantes e inertes tejados sueñan con ser doradas cintas de raso y jugar con el aire... lo corona un esperanzador cielo de azul cobalto y un sinuoso lirio esparce su perfume a tierra mojada por toda la escena.

Quizás ahora, alejado de las grandes exposiciones y eventos artísticos desde 2006 y por un "cúmulo de circunstancias", en la soledad de su estudio es cuando emerge el Martín Gálvez más auténtico
. más poético, más simbolísta, más maduro, más a su "aire", más libre:"Ahora todo va con más tranquilidad como con humo, como agua que recorre las aceras en un llano,... a veces vuelvo la mirada atrás y busco los paisajes olvidados de mi niñez, volviéndolos a plasmar con óleos, acrílicos, espátulas, pinceles, aerógrafos o incluso grabarlos con las nuevas técnicas de grabado digital,.. porque ahora me permito investigar con otras técnicas, con elementos que ellos en sí son el tema,... porque pese a mi retirada no puedo evadirme de lo que soy y siempre he sido pintor y de esa manera es como me reivindico a mi mismo,..."

Sin embargo, lo que parece increible es que Martín Gálvez sea un desconocido en su pueblo, en esa "Nerva, tierra de artistas", .. y qué ARTISTAS. En su despedida confesaba ilusionado a sus círculos más íntimos que la de Úbeda habia sido su última exposición pero que siempre dejaba una puerta abierta a que ésta fuera en su pueblo:"Seguiría siendo mi última exposición porque es la misma na mas que cambia los olivos por el arco iris de mi tierra ". Sí, ya va siendo hora de hacer justicia con este ARTISTAZO nervense con un homenaje más que merecido,..


Nota: En breve, aquí en Yo Periodista dispondremos de una especie de galería virtual en exclusiva de este genial artista, será pues nuestra GALERÍA PINTORAJO

lunes, 21 de marzo de 2011

De la imaginación y la noche. Metáforas. (Por Martín Gálvez)

Recientemente, el Museo Vázquez Díaz de Nerva acogió la segunda parte de la exposición colectiva, Artistas plásticos de Nerva II, reuniendo una nueva selección de pinturas, fotografías y esculturas de una veintena de artistas nervenses, de nuevo mostrando el "potencial artístico nervense", como tituló en su día el periódico Huelva Información. Como se puede leer, el director del Museo, Juan Barba ya anuncia una tercera parte de Artistas plásticos y en la que, si no han estado en esta segunda edición la cual no he podido ver, espero sinceramente que esa tercera no se olviden a los nuevos talentos que van aflorando en Nerva como Ángeles Cadel, Ángela Arias, José Jara, Garher, Rubio Alcázar,... entre otros muchos.


M
artín Gálvez, artista nervense. Foto: Yo Periodista.

Siguiendo con olvidos, éste imperdonable al menos para mí , tenemos que retornar a Artistas plásticos de Nerva I que tuvo lugar el pasado agosto, y en la que el artista nervense, un gran desconocido por muchos de sus paisanos y al que he hecho referencia alguna vez en este blog, Martín Gálvez volvió a su Nerva tras años de ausencia y para inaugurar la primera exposición colectiva Artistas plásticos de Nerva. Y lo hizo para el 125 aniversario de la Villa de Nerva con su obra 'Gurumelos, Intersecciones y Reflejos' y con un discurso inaugural cercano, poético, y cargado de sentimiento Sin embago su presencia y su discurso, que encantó a los allí presentes, pasó más que inadvertido tanto en la crónica de la exposición de Huelva Información como en la web del Ayuntamiento de Nerva.

El artista junto con su obra 'Gurumelos, Intersecciones y Reflejos' (Técnica mixta sobre lienzo, 100x73). Foto: Yo Periodista.

Precisamente, su discurso olvidado, 'De la Imaginación y la noche. Metáforas', abre aquí en Yo Periodista mi pequeño homenaje a este gran artista nervense, que se desarrollará en dos próximos post. Con su autorización, acompaño su discurso inaugural de la exposición Artistas Plásticos Nervenses I en el Museo Vázquez Díaz con algunos de los cuadros de Martin Gálvez y alguna de sus explicaciones; una verdadera maravilla. Juzguen ustedes mismos.



'Bodegón Minero I- Serie Bodegones Mineros'. (Óleo sobre lienzo,) Por Martín Gálvez.
"Ahí están casi todas las cosas eran de mi abuelo José, que era minero y al que casi fusilan por llevar el foco de carburo con la izquierda al ser zurdo. El libro de papel la pitillera, los cigarrilos que yo mismo le liaba, su copita de aguardiente de por las mañanas,… Todos los elementos del bodegón son por los momentos que ya no podré vivir con él. La mesita de noche está taponando una puerta, una mesita de noche nunca la pondrías detrás de una puerta, pero tiene su cerrojo y su cerradura, una puerta que no se abrirá jamás y con la que se cerró sus vivencias en contramina".

¿Buenas Tardes… o B
uenas NOCHES?
y
LA NOCHE, siempre la Noche…
porque nac
en las pesadillas y los sueños,
porque con ella y en ella todo es posible…

¡Amanece!, llega un nuevo día y con él la cruda realidad…

todas las quimeras se desvanecen…

Hurgar en la vieja cal de la pared añil,

guardianes de desvencijadas puertas carcomidas

de “Faro Verde” recién pintadas,
señal inequívoca que eras propiedad
de la “Compañía”.
Rodar por los bajos
de la cama desecha,
tálamo mudo e inconexo de momentos únicos

que van desde Fuji a los Andes,

del Himalaya a los Pirineos,
del Cerro Salomón a los Alpes,

de la Patagonia a Má
gina…
que atraviesan mares, valles, campiñas y montañas…
Historias universal
es que nos unen
por encima de diferencias ancestrales.

Rascar la pátina de una foto grisácea, arrugada por el tiemp
o…
buscando el pasado:

la silla donde reposar tras una larga jornada de trabajo,

el plato desconchado de una cena frugal en años de car
estía,
el foco de carburo que languidece en la alacena,
las canicas que con su
s llamativos colores nos sorprendían…
risas inocentes de tardes jugando con una lata, o una
lima…
meriendas de pan con hoyuelo de azúcar y aceite….
mucho azúcar a v
eces blanco, a veces pardo, a veces negro…
a veces… ¡el milagro!

porque de vez en cuando caía un poco de duro chocolate amargo,

grueso, mal partido, que había que saborear con de
leite…
Los reflejos del tintineante cristal de la lámpara

que reposa sobre la mesita de noche,

ahora convertida muy
a su pesar
en modelo cotizada en la obra de un artista
y a su alrededor un
reloj que siempre atrasa,
un San Pancracio con se
co perejil,
una pequeña jarra de transparente agua

con la tapa de primoroso ganchillo

que la mamá hizo sacando ratos libres de donde no
los había,
un vaso irisado con la huella de los rojos labios

que ella había dejado en el último trago.
Al otro lado, un cenicer
o de Cinzano
refleja la “candela” de un cigarrillo
que el abuelo dejó mal apagado del que se desprende el humo que invade toda la habitación,
quedando suspendido formando círculos s
erpenteantes antes de volatilizarse
mientras contaba extraordinarias batallitas de mundos extraños

y muy muy lejanos: el Sahara, Cuba, Filipinas, Fernando
Poo…
omitiendo intencionadamente un pasado inmedi
ato
de heridas abiertas en el san
grante corazón.
La agrietada lámina de la Santa Cena se esconde bajo
el marco,
parece que la luch
a contra el clavo que la atraviesa de mala manera,
el cristal y el grueso tablero
que la sustenta, la tiene ganada.
En la repisa superior una vieja radio incansablemente

da las noticias “desde antes de la guerra” y

con su perezosa luz anaranjada ilumina por
igual:
aventuras y sinsabores de la familia.

Siempre la misma emisora, “Radio Pirenaica”,

el dial hace tiempo que se ro
mpió…
yace torcido esperando inútilmente un arreglo que nunca llega,
quisiera deslizarse entre
los números
recogiendo p
alabras ocultas de razas lejanas
que nos hablasen del devenir diario, de levedades y gravedades
y al final… ¿Al Final?... no nos queda ni la esperanza.
La faldilla de la m
esa, permanece arremangada
para que los rescoldos del brasero

lleven calor desde la salita a toda la estancia…
La Luna se esconde por la desve
ncijada lumbrera,
donde una pequeña araña teje todos l
os días lo que el trapo limpió,
llevándose los deseos… y LA LUZ,

ocultando las playas escarpadas de la costa donde nace el Mediterráneo
redondeando los afilados acantilados,

fruto de la erosión producida

por el abrazo interminable del agua a la impertu
rbable piedra…
Dejando a oscuras los verdes olivares

volviéndolos fantasmagóricos, extraños, lejanos…

se tragan las v
eredas,
desaparecen los robles,

crece la barba,
los caminos que a la libertad nos llevan,
hasta que un soplo de aire las nubes disuelve

y todo se torna de tonalidades plateadas,
cercanas,
a sabiendas que son dueños del frut
o amargo enlazador de pueblos,
motivo de guerras, riqueza y engaños… y todo por pos
eerlo…
ese líquido a vec
es verdoso a veces dorado…
ACEITE PARA ALMA Y CUERPO, ALIME
NTO…
ingrediente esencial para hacer jabón casero,

fuego lánguido que se des
pereza en la lámpara
¡para alumbrar las largas noches de invierno!.
El Cerro Colorado ruge, se des
pereza al comenzar el día,
deseando renacer y que de sus entrañas salga oscura pirita,

reluciente cobre anaranjado
y que el amarillento oro se incruste en los ríos de vida
que atraviesan las tortuosas callejuelas de lo
s pueblos de la Cuenca Minera.
El dedo acaricia suavemente el pincel,

apenas en el calle un silbido surca el aire,

en el recodo de la esquina unos delica
dos dedos
pulsan amablemente teclas de un
brillante y joven piano siguiendo el tarareo,
la sobrina de Monis Mora sonríe al mirar a la calle,

no hay respuesta… nada más que la del eco.

Un negro café con Fontenla… acaba de
salir de su escuela,
con ropas que p
arecen harapos,
rodeado de desvencijadas Obras de Arte
de Maestros que vuelven por veran
o
a dar lecciones magistrales d
e una vida rica en vivencias y escasa en cuartos.
Rostros que atraviesan el paisaje,

miradas que parecen preguntar, cotillear, curiosear…
en las mojadas piedras se intuye un cielo dispuesto a abrirse,

los blanqueados patios lucen su
s mejores macetas,
rosas, geranios y gitanillas con cascos pintados,
rotos por una mal liada pelota de trapo…
La humedad mod
ela el picado espejo,
reflejando una realidad distorsionada,

dejando ver en la parte superior los canuto
s de un arrugado cartón
en donde alguien apuntó con trazo firme 17 c
éntimos,
quizás el precio de semejante joya.

¡ ES EL PASADO !
'Lluvia Gris- Chernóbil'. Por Martín Gálvez.
"Tenía que pintar lo que había pasado en Chenôbil. Podría haber puesto cadáveres desparramados alrededor de la central nuclear; pero eso era lo fácil, demasiado fácil. Miraba las noticias y mi hija Chary estaba absorta. Se me ocurrió preguntarle a ella y de sus palabras nació 'Lluvia Gris- Chernóbil'. Representa un niño que se va disolviendo dentro de un traje y el muñeco también, de ahí tantisimas arrugas porque tienen vida; yo había puesto el anorak azul y el muñeco rojo por la bandera de Rusia. 20 años después El País recuerda el hecho y saca una fotografía con un niño con malformaciones con un anorak azul y rojo que se parece al niño de mi cuadro. Aún detrás del lienzo conservo ese número de El País y se me ponen los pelos de punta cuando lo veo: 'Un hermoso infierno. Chernobil, 20 años después'"

En el presen
te, las vías se reflejan en el asfalto… el futuro es el sol,
lo que parecía interminable ahora es ase
quible, lo malo ahora es lo mejor…
y el desnudo aparece con todo su esplendor,

ilumina el Estudio… da calor…

nace una obra, un
cuadro… desde la contemplación.
Las noticias vuelan, se encienden tubos de neó
n,
las imágenes nos golpean…
de la velocidad nace una impronta, el deseado momento,
una vida sin paradas ni concesiones: Carreras, vértigo…. se hace
el silencio…
descanso, la soledad crea
tiva… un pensamiento… óleo… lienzo…
se define un trazo, se intuye un abrazo…

todo se llena de color… t
e angustias…
algo no quiere salir… pero está ahí…
ilusión, desesperación, alegría, sudor,

se estam
pa una firma, ¡Satisfacción!…
Nace el Arte… se transforma el tra
bajo en amor.
Amor puro, eg
oísta y adictivo que nos mueve con hilos invisibles,
que empuja para superar el miedo y el respeto
de una tela en blanco que se muestra altiva, descarada… desafiante.
Quimera que se va haciendo realidad,

aumenta la ilusión a pesar de la edad por traspasar barreras,

llegar al público y las imágenes que mil palabras valen,

se tornan mito, encogen el corazón,
se crea una complicidad
entre el Tú y el Yo.
Piñas grises sobre el Mar Rojo, dátiles del Rin,
icebergs remontando el Guadalquivir

a lomos de discos de los Beatles, U2, Rolling Stones,
Maestro Rojas,
Meneses, Camarón…
grabaciones de leyenda
que se hacen intemporales al
hablarnos de sentimientos cosmopolitas
que permanecen en la memoria generación tras generación.
Las sombras se vuelven ricas en matices:
violáceos, grises… anaranjados.
Ayudan sin quererlo en realzar la luz,

el claroscuro en la vida y en el callado quehacer del estudio.



¿ Y EL FUTURO ?

El Juicio Final -Serie Andalucía, por Martín Gálvez. “Las niñas representan el futuro: la del vestido verde, Andalucía y el rojizo en un escalón mas alto, España; es en el único sitio donde hay luz potente , cortante, hiriente,...Ellas divisan desde su sitio apartado una pared donde hay una puerta, en la parte izquierda, el Cerro Colorao con una panorámica de Úbeda y en la parte derecha, casas de Nerva con la loma de Übeda al fondo. Represento Andalucía como un erial donde hay cuatro jinetes del Apocalipsis representados por cuatro figuras de bailes: con una espiga, la necesaria reforma agraria; la bandera de Andalucía, el poco sentimiento de andaluz; de espaldas a los problemas y al devenir diario a veces sin sentido y a veces con humor; y la figura que está a la derecha con los brazos cruzados, aquellos que pueden cambiar el rumbo de nuestra tierra y solo piensan en si mismos. En la puerta tras los visillos de croché, se realiza un juicio donde la luz viene del inframundo, del suelo,… Se juzga un andaluz vestido como se vestían los hombres antes solo que con bigote; están los jueces que es nuestra mitología tres personas distintas que representan a una sola en un cuadro donde aparece un rey o un presidente, está el fiscal, abogados, testigos que miran todos a las niñas miran todos menos los ángeles custodios, representados por la guardia civil en traje de gala,...Y entre las niñas, una gota de agua como nuestro más preciado tesoro y una lata de refresco que representa las bases americanas”.

El futuro es levedad,
manos de alfarero q
ue van modelando una vida
y al contemplar la obra olvidamos que está hecha de arcilla,

que unas frágiles gotas de agua deshace en segundos

y que jamás nada volverá a ser lo
mismo.
Cambios súbitos que braman, ¡filtro
s!
y aunque este mundo en espiral se vuelva loco,

todo es asumible,
papeles pintados que decoran un cielo de eterno azul cobalto,
calzadas que se resquebrajan a mi paso,
lagunas desecadas con tsunamis inventados que atraviesan estrellas

hasta volar
más allá de la constelación de Orión…
No hay metas, porque toda meta co
arta,
solo está el caminar, el movimiento hasta que el cuerpo aguante,
sensualidad llevada al grado extremo,

gotas de sudor como lágrimas llameantes,

miradas al pasado para recuperar el aliento y seguir corriendo,

nada nos persigue, nada que ocultar, nada de arrepentimientos…
y al fin el FIN,

nos iremos con la cabeza alta… sin fingimientos,

con el saber del trabajo bien hecho,
¿mejorable?, por supuesto,
pero cada flor de Loto con su bandera,
cada endrina en su cañada,

cada uva en
su lagar, cada perro en su perrera…

EL INSTANTE










'La Hora Indefinida' (Dedicado a mi amigo Paco Lozano), por Martín Gálvez
. "Cada "esconchón" es un día de la semana y un rayón un momento de locura.
Está lleno de luces y de sombras: las agujas son doradas por los dulces momentos y otra negra por los malos,... Dos son las puntillas de donde a modo de cordón umbrical está enganchado el reloj,..."
Tenía que presentar esta exposición… ¡No lo he hecho!,
debería realzar cada cuadro con charlatanería vacía y fácil,
tampoco creo que lo necesitan…
ellos hablan con voz propia, al que les guste… bien,
al que no… pues… lo siento…
he tomado una dirección distinta…
comentar los espacios “¿vacíos?... ¿llenos?” entre las obras,
ideas que todavía asombran,
estatuas en movimiento,
humo que es utopía,
fuego que no se extingue a la sombra de una calle estrecha,
riqueza y pobreza de nuestra Tierra…

¡Termino como comencé!
deseando… a la hora que sea…

MUY BUENAS NOCHES… DAMAS… Y CABALLEROS.
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS.

Martín Gálvez